Un hombre situado ante una disyuntiva que incluye a dos mujeres es, sin duda, un conflicto en potencia, especialmente si se pretende quedar a bien con ambas partes. Pero la cosa se complica si una de las dos mujeres es tu pareja y la otra? bueno, dejémoslo en que la otra se presenta en tu casa a media noche, mientras estás brindado con vino mirando a los ojos de tu pareja.

Hasta ese momento sabemos que Sophie tiene problemas y pesadillas que le llevan a consultar con una psicóloga, su pareja (Julio) es un sol para ella y su relación parece ir cada vez mejor. Hasta esa noche, hasta esa cena romántica de celebración de quinto aniversario, hasta esa inoportuna interrupción que todo lo cambia.

La mujer espera en la puerta mientras Julio es reticente a dejarla pasar. Queda claro que se conocen, queda claro que hay parte de la información sobre la relación entre ambos que se le oculta a Sophie. Y pronto la sorpresa llegará con la reacción de Sophie ante la no-invitada, con un desconcertante arranque de violencia en el que la golpea dejándola sin sentido para a continuación atarla, inmovilizándola. La intrusa es, para Sophie, una amenaza y ahora debe tratar de convencer a Julio, que no ve en esta visitante nocturna el más mínimo atisbo de peligro.

Thriller psicológico que en algunos momentos nos recordará a Misery (Rob Reiner, 199o) y en otros mucho más a La muerte y la doncella ( Death and the Maiden, Roman Polansky, 1994), su ambiente progresivamente opresivo nos incomoda porque, en el fondo, nos encontramos en la misma encrucijada que Julio cuando le reconoce a Sophie, ante las versiones y contradicciones entre su pareja y Diana, la visitante, que no sabe cuál de las dos mentiras creerse. Porque esa inesperada visita que tienes ahora atada e inmovilizada en el suelo del salón, a iniciativa de tu amada pareja con quien llevas compartiendo cinco años de felicidad, aún te avisa de que realmente eres tú quien está en peligro, de que pese a ser ella la atada son tus ataduras invisibles e imperceptibles, las que Sophie ha ido trenzando a tu alrededor, la verdadera amenaza, el verdadero peligro. Sólo falta que Julio llegue a darse cuenta de lo que sucede ante sus ojos, mientras el espectador mantiene las mismas dudas en este juego a tres bandas donde sólo debería haber una verdad.