El Plan Hidrológico Nacional, vital para solucionar la escasez de agua

El Plan Hidrológico Nacional es necesario para tratar de resolver el problema de escasez de agua que padecen las comunidades del Mediterráneo. Esa es la conclusión a la que llegaron los miembros del Consejo del Agua que se celebró en La Opinión de Murcia, en el marco del Foro Económico y Social del Mediterráneo, proyecto gestado por Prensa Ibérica para impulsar y vertebrar esta zona del país.

El Plan Hidrológico Nacional es un proyecto de gestión hídrica aprobado por el Congreso español en 2005, modificando el Plan del 2001. Sin embargo, debido a motivos políticos terminó derogándose. Precisamente, en la actualidad el país también está envuelto en lo que la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, quien fue la primera en intervenir en el debate, define como «guerra del agua».

Entrevista a Sara Rubira, consejera de Agricultura y Agua

«Es necesario trabajar desde el consenso para acabar con la guerra del agua»

Sara Rubira

— Consejera de Agua y Agricultura

Es por ello que, según subrayó por su parte el director del Instituto Euromediterráneo del Agua, Francisco Cabezas, es necesario que ese Plan, ya elaborado, sea una realidad. «Es una ley y las leyes son las que tienen la fuerza para doblegar. Hace falta más valentía y determinación», destacó.

Rubira dijo que antes que nada es «necesario» un Pacto Nacional del Agua, para que se puedan acercar posturas, pues actualmente el posicionamiento de los partidos es opuesto según el territorio y el color político.

«En un mismo informativo de televisión podemos ver cómo, mientras a una comunidad le falta agua, en otra se abren las compuertas porque se desborda. No tiene sentido discutir: hay agua en este país, pero está mal repartida. Es necesario trabajar desde el consenso y desde el diálogo, y que prime la solidaridad y el equilibrio. Es necesario hacer de este un asunto de Estado, en el que se escuche a todo el mundo y se vean los pros y contras, pues cada comunidad tiene sus intereses. Es necesario acabar con la guerra del agua», sentenció Rubira.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, también tiene claro que «la solución es política» y que es necesario un Pacto Hidrológico Nacional que dé pie al Plan. Sin embargo, «mientras se materializa, hay que arbitrar medidas de transición que permitan a las comunidades aportar recursos de manera autosuficiente», remarcó. «Unos recursos que en la cuenca del Segura se aplican desde hace mucho», apuntó, como es el caso, por ejemplo, de la desalación.

Entrevista a Mario Urrea, presidente de la CHS

El presidente de la CHS también hizo hincapié en la relevancia del Trasvase Tajo-Segura. «Es fundamental para la cuenca del Segura. Igual que no concibo la cuenca sin la desalación. Hay que encontrar un equilibrio político de ese ‘mix’ de aguas», remarcó.

«El Trasvase Tajo-Segura es fundamental para la cuenca del Segura»

Mario Urrea

— Presidente de la CHS

Respecto al Plan Hidrológico, Urrea apuntó que «si el 80% del consumo del agua es agrícola, quizás en vez de hacer un plan hidrológico nacional, habría que plantear un plan de regadíos».

CHS y Comunidad creen que un plan de regadíos sería óptimo, dada la importancia del sector agrícola

Una idea con la que coincidió el director general del Agua de la Región de Murcia, José Sandoval: «Hay que controlar dónde se riega y con cuánta agua», declaró. Por otra parte, Sandoval expuso una imagen de la situación actual de la cuencas hidrográficas: «Mientras algunas como la del Ebro o País Vasco Interna se encuentran al 92% y al 90% respectivamente, la del Guadalquivir y la del Segura se sitúan en el 46% y el 24%».

«En esta situación, y teniendo en cuenta que los planes de cuenca vienen a asignar el 30% de los recursos disponibles, no negar la posibilidad de transferir recursos entre cuencas es algo que cualquier político va a entender», precisó Sandoval.

«Requerimos de políticas a largo plazo, pues actualmente no las hay»

Beatriz Miguel

— Rectora de la UPCT

El presidente de Proexport (Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia), Mariano Zapata, también ratifica la necesidad de un Plan Hidrológico y defiende que los trasvases son necesarios. «El sector agrícola se está adaptando a la desalación, pero el ‘mix’ de aguas es necesario», afirmó.

Entrevista a Mariano Zapata, presidente de Proexport

Asimismo, Zapata hizo mención a la importancia que le dan actualmente los grandes supermercados a la procedencia del agua con la que se producen las frutas y hortalizas. «En Europa saben que en la Región de Murcia somos grandes productores, que hacemos las cosas como marcan los protocolos. El producto de aquí es prácticamente ecológico por los niveles de exigencia».

«No se deberían consentir, por ley, pérdidas superiores al 15% en la red de abastecimiento»

«Necesitamos política de Estado»

«Al igual que con la electricidad, necesitamos política de Estado con el agua», remarcaba también la rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, Beatriz Miguel. «Los ciudadanos requieren de políticas a largo plazo, pues actualmente no las hay», apuntó la rectora, que también subrayó la necesidad de «elevar toda esta problemática a Europa y hacer lobby».

«El sector agrícola se está adaptando a la desalación, pero el ‘mix’ de aguas es necesario»

Mario Zapata

— Presidente de Proexport

«Nosotros hacemos de la necesidad virtud. La necesidad la mantenemos, pero respecto a la virtud estamos llegando al límite», apuntaba por su parte el secretario general del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), José Ángel Pérez.

Entrevista a José Ángel Pérez, secretario general del SCRATS

«Aprovechamos el agua de caída de los invernaderos, cubrimos las balsas con doble lámina para que no se evapore el agua... Poco más podemos hacer», declaró.

Pérez también hizo hincapié en la importancia de los cuatro pilares sobre los que se sustenta el regadío: las aguas superficiales (los trasvases), las subterráneas, la desalación y las aguas regeneradas. «Si quitamos uno de ellos se cae todo», aseguró el secretario general del Scrats, remarcando también que «es necesario superar la dicotomía trasvase o desalación y darle también la relevancia que se merece al agua subterránea y a la regenerada».

Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, donde dirige el Laboratorio de Climatología, y presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE), fue el encargado de poner el punto y final al debate con sus conclusiones.

«El Plan es una ley y las leyes son las que tienen la fuerza para doblegar»

Francisco Cabezas

— Director de la IEA

La primera de ellas es la «necesidad de incorporar el cambio climático al debate y plasmarlo en el inventario de recursos disponibles». «Es necesaria una buena gestión de la demanda y de la circularidad del agua», apuntó.

Respecto a la regeneración de agua, puso sobre la mesa un matiz a tener en cuenta: «El informe propone un porcentaje de reutilización futura del agua del 70% en todas las comunidades del litoral Mediterráneo español».

«Hay que darle más relevancia al agua subterránea y a la regenerada»

José Ángel Pérez

— Secretario general del SCRATS

Asimismo, según Olcina, «sería preciso colocar contadores que midan la cantidad de agua que se usa en todas las explotaciones agrícolas; y no se deberían consentir, por ley, pérdidas superiores al 15% en la red de abastecimiento».

En esta línea, «la planificación hidrológica debe adaptarse a los factores del cambio climático (subida de temperaturas, irregularidad de lluvias, DANA, sequías, etc.) y debe actualizarse con frecuencia en función a ello».

«La planificación hidrológica debe adaptarse al cambio climático»

Jorge Olcina

— Catedrático y presidente de AGE

Como reflexión final, el catedrático destacó la necesidad de «superar el debate» de si son necesarios los trasvases o las desaladoras, y de tener en cuenta las fuentes de procedencia del agua en el siguiente orden: aguas superficiales, aguas subterráneas, aguas pluviales -especialmente en el ámbito urbano, para liberar recursos de agua que se utilizan en la ciudad-, reutilización de aguas depuradas, desalación -para uso urbano, principalmente que permita liberar otros recursos para un uso agrario-, trasvases dentro de una misma demarcación, y por último trasvases entre demarcaciones.